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El nombre de la Felicidad

El nombre de la Felicidad

Por Sayli Sosa Barceló Fotos: Edelvis Valido

 • Una experiencia de rehabilitación transdisciplinar en Ciego de Ávila aúna voluntades, sana cuerpos y almas, y no ceja en el empeño de ponerle nombre a la Felicidad

Esta historia tiene muchos protagonistas. Gente hermosa, por dentro y por fuera. Podría ser contada desde el melodrama, con lágrimas empañando el cristal con que la miramos. Mas ellos, héroes y heroínas, campeones olímpicos de la vida, saben que una sonrisa o un gesto de afecto es la mejor medalla.

Un día decidieron tomar el cielo por asalto. No todo, claro. Sino aquel que da techo al Parque Zoológico de Ciego de Ávila, porque saben que hasta los más largos caminos comienzan con el primer paso. Y así nació el Proyecto Tin.  

Lo que antes fue tierra baldía, infestada de malas hierbas, luego se trocó en un espacio único, reservado para emociones sinceras y pequeñas proezas cotidianas.

Cuentan las doctoras Belkys y Aylema que no hizo falta convencer a nadie. Bastó fijar la fecha, y padres, estudiantes de la ESBU Rubén Martínez Villena, amigos, entre muchos que allí dejaron su sudor, tomaron en sus manos herramientas, tal vez nunca usadas por ellos, para edificar y preparar lo que ahora tienen a su disposición.

"El Proyecto Tin es una consulta integral de rehabilitación, donde combinamos la Kinesiología con la Equinoterapia, y la zooterapia en general. Está concebida de forma transdisciplinar, por lo que contamos con licenciadas en Terapia Física y Rehabilitación, Cultura Física y Educación especial; pediatras, psicólogos y una estomatóloga, que no se circunscriben a su especialidad, sino que se integran al proceso desempeñando diferentes roles", explica Aylema Mursulí de la Torre, Especialisa de Primer Grado en Medicina Física y Rehabilitación.

"Atendemos a niños con cursos atípicos del desarrollo, diagnosticados con patologías como Parálisis Cerebral, Cardiopatías, Ataxias, Autismo, problemas de Salud Mental o Síndrome de Down, y, además de los ejercicios que estimulan la movilidad o el intelecto, nos apoyamos en los efectos de la terapia asistida con animales. Un caballo, por ejemplo, trasmite a quien lo monte unos 180 impulsos nerviosos por minuto, lo que en el caso de pacientes con trastornos en el SistemaNervioso Central ha demostrado que incide positivamente en el equilibrio, en el tono muscular de la espalda y la espasticidad. También influye en el ritmo cardíaco de los niños cardiópatas, mejorando su frecuencia", añade la doctora Belkys Sánchez Gómez, Especialista de Primer Grado en Pediatría, Máster en Atención al niño y al niño con discapacidad, y Profesora de la Facultad de Ciencias Médicas. 

De hecho el Proyecto ha posibilitado que al menos una treintena de profesionales de la Salud realicen investigaciones relacionadas con el trabajo de rehabilitación.

"En Medicina, como se dice popularmente, dos y dos no suman cuatro. Está demostrada la plasticidad del cerebro, es decir, la capacidad de algunas de sus zonas para asumir las funciones de las que están dañadas. En los niños esta neuroplasticidad se multiplica, por lo que la rehabilitación contribuye a estimularla", comenta la doctora Aylema.

Dije que esta historia tenía muchos protagonistas. Pues bien, aquí están: Grettel, Gustavito, Dalía de la Caridad, Heriberto, Alexey, Any, Jenny, Melany, Elizabeth, Cristian, Sebastián...

Llegan los lunes, miércoles y viernes a los predios del Zoológico acompañados por sus padres. Unos aún no pronuncian palabras, en cambio ofrecen una sonrisa de bienestar. Otros no ríen, pero entonces una manito vuela al rostro de la fisioterapeuta Yuneysi Badillo, y no hace falta nada más.

Sobre un colchón verde, Yanneli Berlán estimula las extremidades inferiores de Melany, mediante el Método Bobath, mientras la mamá llama su atención con una rana de goma que según aseguran, es la preferida de la mayoría.

Un poco más allá, Ángel Luis Smith Iturralde, licenciado en Cultura Física y diplomado en Equinoterapia, le da las riendas del caballo a Gustavito para que gane en seguridad. Luego es el turno de Grettel; y cuando llega Alexey hay caricias y abrazos para el animal que se traducen en alegría de todos.

Otra vez en el colchón, Sebastián, de apenas cuatro meses, muestra una sonrisa con hoyitos en los cachetes y deja que Yanneli ejercite su espalda, al tiempo que su mamá Natalia le cuenta a esta reportera de los avances de su bebé, que nació antes de tiempo y bajo peso.

No alcanza el papel para dejar impresas las anécdotas y progresos de cada niño o niña, o la satisfacción de los padres, de su estabilidad emocional al tener otras herramientas con qué encarar lo que la sociedad considera discapacidades. Bastarían las palabras de Jenny que la doctora Beatriz compartió con Invasor digital.

"En una oportunidad, mientras estábamos en el área de montar a caballo, Jenny dijo: ’¡Como me gusta este país!’. Ella se refería al espacio del proyecto y cuando le preguntamos por qué, exclamó: ’Porque ustedes son muy buenos y Smith es de chocolate’." 

Resulta que el tan vapuleado trabajo en equipo aquí no es cuestión de eslogan. Desde el joven que cuida a los caballos, Sergio Barrios González (Caquito), y se encarga de buscarles la comida, entrenarlos, mantenerlos sanos; hasta la estomatóloga que ha logrado, a través de la terapia con juegos (ludoterapia), romper las barreras del miedo en los niños para cuidarles su salud bucal, todos tienen como premisa el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.

Quien pase por allí no sabría decir con certeza que se trata de una consulta médica. Ninguna de las doctoras o fisioterapeutas lleva puesta la bata blanca. Pocos pequeñitos lloran.

Todas las personas que han hecho suyo al Proyecto Tin tienen otras ocupaciones y responsabilidades, y a pesar de ello encuentran el tiempo para brindar este tipo de atención que, en mi opinión, tiene tanto de ciencia como de amor.

Al decir de la doctora Belkys, no hay mayor regocijo para los padres, y para ellas mismas, que ver a los niños cuando logran vencer un paso del tratamiento, por sencillo que parezca, dígase sostener la cabeza, caminar, mantener el equilibrio, pronunciar palabras, sonreír. Esa es la Felicidad.

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