Pasión y humanismo en hospital de Ciego de Ávila

Por: Idania Pupo Freire e Iván Paz Nogueira. (Publicado en la Revista Semanal de Radio Reloj)
El servicio de Neonatología del hospital de Ciego de Ávila exhibe este año los mejores resultados de su historia al atender alrededor de mil pequeños, con un alto por ciento de supervivencia.
Con una nueva sala próxima a cumplir un año, la institución logra en esta etapa disminuir el índice de infecciones y salvar a seis niños con un peso inferior a mil gramos y menos de 28 semanas de gestación.
El centro recibe a infantes prematuros y a otros que llegan con infecciones o que requieren de intervenciones quirúrgicas, destaca Fernando Fernández Romo, jefe de este servicio.
Con la condición de Colectivo Moral, la sala de Neonatología del hospital Antonio Luaces Iraola es referencia provincial en la atención a menores de mil quinientos gramos y en el neonato quirúrgico.
ALTO PRESTIGIO Y DEDICACIÓN.
Los servicios de Neonatología del hospital provincial Doctor Antonio Luaces Iraola, de Ciego de Ávila, son reconocidos en Cuba por la alta profesionalidad de su personal.
Con una consagración y amor insuperables, las doctoras Ana Iscra Meisoso y Midiala Cervantes identifican por sus nombres a todos los niños ingresados, a quienes cuidan y miman, con una desbordante pasión, hasta que reciben el alta.
Ana Iscra habla del famoso Bartolito, el niño con menos tiempo de gestación y bajo peso salvado en esa instalación, quien el próximo 17 de diciembre cumplirá su primer año en perfecto estado de salud.
Como Bartolito, cientos de niños avileños con problemas al nacer sobreviven en la sala de neonatología del hospital provincial de Ciego de Ávila, donde no se escatiman esfuerzos ni recursos para salvar vidas.
SERVICIO DE EXCELENCIA.
En la sala de Neonatología del hospital provincial de Ciego de Ávila varios padres expresan su admiración y complacencia por el excelente servicio.
Emocionada, con lágrimas en los ojos, Yaniurki Pérez indica que su pequeño llegó al centro con solo 964 gramos de peso y ya hoy progresa significativamente, gracias al esmerado cuidado de médicos, enfermeras y técnicos.
Ibeti Espinosa también está feliz, pues su hija entró en gravedad extrema y ya es notable su evolución porque, según dice, los médicos lo han dado todo por salvar a su niña.
La especial dedicación de los profesionales del servicio de Neonatología del hospital Antonio Luaces contribuye a que Ciego de Ávila exhiba hoy uno de los mejores resultados en el programa materno-infantil.
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