Nunca más

Por Sayli Sosa Barceló Fotos: Edelvis Valido
No puedo recordar cuándo fue. Ya no logro, ni siquiera, dibujar en mi mente la figura de uno de los hombres que más quiero en este mundo con un cigarro en la mano. Mi papá dejó de fumar un día y no le avisó a nadie. Puso la cajetilla encima de un mueble de la cocina y se dispuso a hacer lo mismo que había hecho toda su vida, excepto envenenarse y, de paso, envenenarnos a nosotros.
Una semana después mi mamá, demasiado ocupada en los quehaceres de la casa y agobiada hasta el infinito con el período especial, notó que ni la ropa, ni los besos estaban contaminados de alquitrán y nicotina. Y solo entonces se hizo pública su decisión.
Siempre que lo pienso me parece un chiste, pues él dejó los cigarros a la vista por si se arrepentía, por si era de mentiritas y su relación con su terrible "amigo" fuera como esos amores entre imanes e hierros viejos, incapaces de resistir la atracción.
De vez en cuando le pregunto a mi padre la fecha de aquel suceso, pero pronto lo olvido, no sé si porque tengo mala memoria o se trata del subconsciente, que prefiere creer que nunca fumó (¡así de raro es el cerebro humano!).
La verdad es que tampoco le doy mucha importancia al asunto, pues papi perdona mi amnesia temporal y responde siempre como si fuera la primera vez, quizá se siente bien al saberse tan fuerte de voluntad.
Oiga, para quien fumaba desde la adolescencia, dejar el vicio de un tirón es digno de alabanza. Dicen los que lo han sentido que es como mordida de perro, que arde pa' dentro y parece no sanar, y uno siente que se ahoga, que le falta algo...
Lo que nunca nos ha dicho el viejo es por qué se apartó del cigarro. Teorías familiares apuntan al temor. Por esos días a una tía muy querida le diagnosticaron pólipos en la laringe y más de una vez el fantasma del cáncer provocó miedos en nosotros. Otras suposiciones tienen, como casi todo, un trasfondo económico. Consideremos que no es desdeñable el hecho de que en esa época una caja de cigarros costaba entre 60,00 y 70,00 pesos (y esos son muchas razones).
Podría ser, también, por los gestos de asfixia de mi madre, cuando la alcanzaba la exhalación ponzoñosa que él dejaba escapar y el reclamo de ¡Rigo, mira las niñas, no les des ese mal ejemplo! O las tantísimas veces en que en la televisión le advirtieron que fumar daña la salud y una imagen macabra dejaba ver una calavera envuelta en humo.
Al final, por una u otra causa, o por todas, dio el primer paso. Y que nadie crea que fue tan sencillo como lo escribo ahora. Para un adulto hecho y derecho, con más de 20 años como fumador, no era cosa de coser y cantar.
Mucho sufrió la abstinencia después del buchito de café mañanero, luego del almuerzo o antes de acostarse. Sé que tuvo ganas de flaquear cada vez que alguien se le paró al lado con un cigarro entre los dedos y le tentó dibujándole el rostro con humo. Tragaba en seco mi padre. Una vocecita interior le decía que una sola bocanada no era peligrosa, que después lo volvía a dejar...
Pero, guajiro empecina'o al fin, cumplió la promesa que se había hecho a sí mismo: Nunca más.
Las niñas crecimos, ninguna de las dos llevamos en la cartera la maloliente cajetilla y no andamos como locas buscando la escurridiza fosforera. Mami ya no se acuerda de cómo son los besos con nicotina y mi viejo debe vivir muchos años más, gracias a aquel día en que dejó de fumar y no le avisó a nadie.
10 RAZONES PARA QUE DEJES DE FUMAR ¡YA! 1. Definido como la intoxicación crónica producida por el abuso del tabaco, el tabaquismo constituye la primera causa de mortalidad evitable. Con cada cigarrillo la vida se acorta siete minutos. 2. El humo del tabaco contiene más de 4 000 químicos tóxicos, algunos, incluso, cancerígenos: alquitrán, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, cianuro de hidrógeno, metales, amoníaco y compuestos radiactivos. 3. Más del 25 por ciento de los cubanos fuman, con un promedio de 10 a 19 cigarrillos diariamente. Cerca del 31 por ciento del total son adolescentes. 4. Se ha demostrado que el riesgo de sufrir un infarto aumenta cada vez más en mujeres jóvenes, como consecuencia de la asociación píldora anticonceptiva-tabaco. 5. En Cuba el consumo de cigarros está asociado a seis de las 11 principales causas de muerte, en todas las edades: enfermedades del corazón, tumores malignos, padecimientos cerebrovasculares, influenza y neumonía, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, y de las arterias, arteriolas y vasos capilares, por ese orden. 6. Solo en Ciego de Ávila, en 2010, fallecieron 2 396 personas por estas causas, de acuerdo al Anuario Estadístico: 1 364 hombres y 1 032 mujeres. 7. La mujer que fuma durante o después del embarazo incrementa el riesgo de que su bebé muera por síndrome de muerte infantil súbita. 8. Se sabe que el cigarro puede reducir la fertilidad y causar desórdenes menstruales en las féminas, mientras en los varones favorece la disfunción sexual eréctil y puede ser causa de úlcera péptica. 9. El humo de tabaco en el ambiente causa enfermedades y muerte prematura en adultos no fumadores y en niños. Se estima que la exposición al humo de segunda mano aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas entre el 25 y el 30 por ciento. 10. Quien consume 30 cajas mensuales de cigarros Popular, compradas a siete pesos, invierte 210, un monto con el cual podría mejorarse el menú familiar, si se compran algunos alimentos. Por ejemplo, 70 libras de habichuelas (3,00 pesos el mazo); o 50 libras de tomate de ensalada (cuando está a 4,00 pesos); o seis libras de bistec de cerdo. |
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