A Cuba siempre la llevaré en mi corazón

Por Ortelio González Martínez, con foto del autor
• Ninguno de nosotros tres hubiéramos sido médicos si no nos hubieran abierto los brazos. Nuestra familia no podía costearnos los estudios en mi país
A Kelly Mabel, la doctora paraguaya que había concluido los estudios en el curso escolar 2005-2006, se le veía con la misma jovialidad y elegancia de cuando entonces la entrevisté por ser, entre los estudiantes de otras nacionalidades, la mejor graduada de la Facultad de Ciencias Médicas, doctor José Assef Yara, de Ciego de Ávila.
Kelly y Ever Hugo comparten la felicidad de sentirse útiles
"Gracias a Fidel, a Cuba, que nos abrieron los brazos, hoy muchos latinoamericanos somos médicos y brindamos nuestros servicios en varios países", dijo desde el podio donde, por voluntad propia, quiso compartir palabras con los presentes, 12 años después de "haber llegado a Cuba por primera vez, cargada de sueños y esperanzas".
En aquel encuentro comentó que Alcibiades, el hermano mayor, se había hecho médico en Cuba y también fue el estudiante extranjero mejor graduado en el año académico 2003-2004, al igual que lo hizo Ever Hugo en este curso.
Como lo había hecho su hermana momentos antes, Ever se dirigió a los presentes y en oratoria perfecta habló de realidades, de la forja de espíritu, de los momentos felices y los difíciles, de la familia grande que es la Patria nueva latinoamericana, y de la suya propia que, por ser humilde y muy pobre, jamás hubiera podido costearle los estudios a tres hijos que hoy son médicos graduados en Cuba.
El auditorio escuchaba y el joven leía: "En esta mañana, cuando estamos a punto de recibir el título que nos acredita como profesionales de las Ciencias Médicas, nos sentimos como las ramas fuertes de un frondoso árbol, cultivado por el humanismo, la solidaridad y el altruismo, en esta tierra que nos acogió un buen día, y a la que llegamos llenos de esperanzas, sueños y aspiraciones, muchas de las cuales hoy se materializan.
"Si me preguntaran qué es la universidad, respondería al momento: La universidad ha sido esa otra casa a la que acudimos cada jornada, ávidos de conocimientos, pretendiendo encontrar respuesta a todo, entusiastas ante un buen resultado o altamente preocupado cuando no lo hemos obtenido.
"La universidad también es ese espacio casi perfecto donde hemos sido artistas, campeones en el deporte, líderes estudiantiles, pero, sobre todo, mejores seres humanos. Imposible olvidar el andar apresurado entre las aulas, donde recibíamos calor y energía espiritual por parte de nuestros profesores-amigos, para no detenernos, convencidos de que el verdadero andar comienza ahora.
"Estoy convencido de que si algunos de los 122 estudiantes nacidos en otros países, y que hoy nos graduamos en esta universidad, nos preguntaran qué es Cuba, sin titubear responderíamos que Cuba es amor, es dignidad de un pueblo que nunca da lo que sobra, sino que comparte todo lo que tiene.
"También es la casa, la mano amiga, la sonrisa de un niño que crece sano. En Cuba pusieron nuestros padres su fe y confianza para nuestra realización. Cuba también es la Patria que, aunque partamos lejos, nos contempla orgullosa."
La transparencia de las palabras leídas y lo que después me confesó en un aparte, encierran mucha grandeza, porque les nacieron con la espontaneidad de las ideas que marcan, que son las que perduran.
"Lo digo con vergüenza, pero a veces mi familia no podía acudir al médico porque no tenía dinero. Por eso quiero trabajar en el hospital de mi Amambay, mi región. Eso duele. Cuando salimos de casa en distintas épocas, los tres juramos ser buenos estudiantes y no deshonrar a Cuba, como siempre nos dijeron nuestros padres, de manos muy dura cuandode estudiar se trataba.
"Antes de llegar teníamos otra forma de pensar, con cierto egoísmo encerrado que no nos permitía ver la hermandad y el desinterés que habita en los seres humanos. Enseguida nos dimos cuanta que todo era propio del sistema en que habíamos nacido.
De aquí nos vamos con el propósito noble de no ver al ser humano como una mercancía, y hasta tenemos en mente echar a andar varios proyectos de salud, aunque con los últimos cambios en mi país a los graduados en Cuba nos ubican en los lugares más difíciles. Para ello estamos preparados.
Antes de terminar el conversatorio improvisado, me tendió la mano y pidió que hiciera conocer de la hermandad entre Ciego de Ávila y la región de Amambay, cuyo impulsor fue Armindo Jiménez Castañeda, el presidente de la Asamblea del Poder Popular en Ciego de Ávila, fallecido en un accidente del tránsito hace 12 años. "Él también es parte de este proyecto", dijo.
Según expresiones de Reina, la profesora, la familia Amarilla López acuñó en la Universidad de Ciencias Médicas avileña la frase de que ellos eran cubanos nacidos en otras tierras. Razón tenían, porque los tres hijos de Arsenio y Elva no solo fueron los mejores graduados, si no que también asumieron, en su momento, la presidencia de la Brigada de solidaridad Ernesto Che Guevara.
En solo horas, Ever Hugo estará de vuelta en su país, y sabrá andar seguro, porque también lleva consigo la savia del Guerrillero Heroico, ese que desde el hondón americano sigue convocándonos a un mundo mejor.
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